crimen en celuloide

Cuando dirigir, financiar, actuar, comprar un boleto para ver, o verse implicado de manera alguna en una película constituye un crimen que debería ser penado por la ley.

Sunday, July 23, 2006



La Última Batalla (Jorge Mauro de Oliveira, 2002)
Preparaos.
Durante una reunión con mis amigos adventistas (excelentes personas, casi todos ellos) me vi comprometido a expectar este horror fílmico, pésimamente actuado y peor dirigido, lo cual era de esperarse, pues la película es un mero vehículo de propaganda de las convicciones de la iglesia adventista. La trama incluye a jóvenes idealistas perseguidos como criminales y torturados (en salas de tortura de la inquisición) por algo tan pedestre como seguir el sábado y no el domingo. Ésta es la peor película que yo haya visto. Valga de motivo, al menos, para una pequeña reflexión:
La religión es una práctica exclusiva de la especie humana, consistente en la creencia en uno o más seres superiores, que han tenido una intervención decisiva y no documentada en la historia humana, y directa o indirectamente, ordenan pautas de comportamiento más o menos rígidas cuyo cumplimiento determina el futuro post-mortem del individuo. ¡Entre muchas otras cosas! No hay problema con la religión. Es decir, si eres un adulto, consciente de sus actos, libre de elección, no hay nada de malo en decidirte por la fe en un ser supremo de la amplia gama disponible en la actualidad. Si por otro lado utilizas la fe del prójimo para llenarte los bolsillos, eres un sivergüenza y merecerías pudrirte en la cárcel. Fuera de ese pequeño detalle, nada de malo. Eso sí, si deseas convencer al resto de que se una a tu club, deberás presentar argumentos válidos, plausibles, o por lo menos DE PESO para garantizar la concurrencia de individuos pensantes a tu iglesia. Si, por el contrario, te vales de argumentos simplones ("si te portas mal, te vas a quemar en el infierno"), subjetivos ("dios existe porque lo siento en mi corazón"), redundantes ("la biblia es verdadera porque así dice la biblia"), o ridículos ("la evolución es una mentira, todos nacemos de adán y eva"), no esperes demasiada materia gris dentro de tu auditorio. Agréguense prácticas sin sentido ("no comerás animales impuros como el pato") y hasta peligrosas ("no te harás transfusiones de sangre"), contrata a un charlatán experto en impresionar a los mentalmente limitados y estás listo para comenzar a cobrar diezmos, vender CDs y videos evangélicos, celebrar misas de sanación y pedir favores políticos y económicos a tus adeptos bien colocados. Porque de algo hay que vivir ¿no?.
Una vez más: Esta película es una pérdida ABSOLUTA de tiempo, y está prohibida por la FDA, ya que se ha comprobado que verla disminuye el número de neuronas activas en el cerebro. Estás advertido.

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